El tajín

Hoy tras dormir muy poco al menos en mi caso, nos hemos levantado a las 5.30 de la madrugada para coger un camión (autobús en españa) a las 7, tras la duda de si en el autobús viajaríamos 4 horas (es lo que duraba el trayecto), con mariachis, gente con gallinas e indígenas  vendiendo toda clase de productos y souvenirs típicos, nos hemos desilusionado ya que tenemos muy «mala» suerte y nos ha tocado una compañía cuya flota son autobuses de clase europea como lo venden ellos, es decir como los que usamos en España, y el autobús genial, aire acondicionado, asientos reclinables en condiciones (sin molestar al vecino),… por lo cual ni mariachis ni nada de nada en el bus.

Según hemos salido de Veracruz nos hemos quedado dormidos casi todo el trayecto, pero entre cabezada y cabezada me he dado cuenta después de toda la vida viviendo cerca de Bilbao de que Euskadi no se escribe así sino Euzkado, como dirían los andaluces, a las pruebas me remito.

Por otra parte hemos visto carreteras con peaje a las cuales denominaría autopistas sino fuese porque sólo tienen un carril en cada sentido, y poseen una línea continua en muchos tramos que es bobada, ya que nadie la cumple.

Tras llegar a Papantla he comprobado que esto no es Monterrey, sino un estado mucho mas pobre, con muchísimos mas indígenas y casi el 100% de la gente es mestiza, aquí hasta el momento no he visto ningún mejicano con tez clara, en Monterrey son mas habituales, o al menos en el TEC.

Nuestra idea de hoy era visitar El Tajín, que son unas ruinas aztecas Patrimonio de la Humanidad cerca de Veracruz, para mas información aquí

Para llegar a el Tajín desde Papantla, la ciudad donde nos dejaba el autobús bueno, hay que pillar para los 8 kilómetros de separación que hay, ya sea un taxi (60 pesos) o si te gusta la aventura como era nuestro caso un autobús destartalado (30 pesos) donde yendo de pasajero empiezas a valora mas tu vida, por la forma de conducir de aquí. Este si que era mas rústico.

La ida se ha hecho corta porque apenas íbamos 8 personas en todo el bus, pero el de vuelta es otro cantar, el autobús a rebosar, gente en las escaleras, por un momento me ha recordado al autobús urbano en Burgos que lleva a la universidad a primera hora de la mañana y muchos días te tienes que quedar junto con el conductor porque no hay mas hueco.

Lo primero que hemos visto al llegar a los yacimientos arqueológicos es la danza de los voladores, que se trata de 5 personas subidas en un mástil donde uno toca una especie de dulzaina mientras sus compañeros se dejan caer con una cuerda que se va desenroscando progresivamente.

Nuestra sorpresa ha sido al leer en la prensa local que los han declarado también Patrimonio de la Humanidad. ¡Así que hoy 2 por el precio de 1!

Una vez acabado el espectáculo, nos hemos dirigido a ver las ruinas, y sinceramente merece la pena comerse 4 horas de autobús bueno mas otra media de autobús rústico.

– El famoso juego de pelota, cuya pelotita de marras pesaba alrededor de 3 kilos.

El templo de los 365 nichos, se cree que el calendario actual pueda venir de aquí.

Una vez visitado todo, nos hemos ido a comer, y viendo lo de los pollos de Papantla, los tacos y otras comidas la higiene que tenían no nos hemos querido arriesgar a malestar estomacal y hemos pedido hamburguesas, espero que no se altere nadie por ello y sino que se tranquilice que en cuanto vuelva a Monterrey seguiré con mis ensaladas de tomates.

A la hora de volver a coger el autobús a Papantla un señor muy simpático nos ha llevado un tramo del recorrido en la parte de atrás de su pickup, íbamos como niños pequeños de contentos ahí. México nos está sorprendiendo por la gente tan simpática y amable que tiene. Que tengan una vida mas humilde que la nuestra no es sinónimo de no ayudar sino mas bien al revés.

Por mi parte recomendar a todo el mundo que esté cerca de Veracruz la ruta de hoy, terminas destrozado, con una sudada impresionante; aquí la humedad es del 100%, esto es insoportable en ese sentido, pero la experiencia vale la pena.

Un abrazo a todos

Actualización: Vídeo del INAHT